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Mis 10 obras preferidas del Museo del Prado

Cuando se va al Museo del Prado por primera vez, a uno le inundan las ganas de verlo todo, de no cruzar la salida sin haberse plantado ante obras maestras como Las Meninas de Velázquez o La maja desnuda de Goya. Las horas transcurren deprisa y las piernas se adormecen de tanto pasear por las galerías en busca de los cuadros más famosos, fácilmente reconocibles por estar rodeados de curiosos y de grupos de turistas atentos a la explicación de su guía. Es una experiencia emocionante, pero también agotadora. Sin embargo, las siguientes visitan son diferentes. El ansia de verlo todo se ha esfumado. Caminas con calma, sin prisa, fijándote en obras que anteriormente habían pasado desapercibidas a tus ojos. Es el momento en el que disfrutas de verdad del arte.

museo del prado madrid

                                     El Museo del Prado en otoño.

No importa cuántas veces vayas al Prado, porque en cada visita descubrirás algo nuevo. Quizá sea una escultura la que capte tu atención o un pequeño lienzo el que consiga que te emociones. En definitiva, en tu mente se acumularán las razones para volver a acudir pronto.

Entre todas las obras que he ido descubriendo y redescubriendo en el que para mí es uno de los lugares más mágicos de Madrid, destacan diez. Bueno, sobresalen muchas más, pero de alguna forma tengo que acotar la lista, ¿no? Sé que me dejo en el tintero auténticas maravillas, pero he querido mojarme. Algunas de mis preferidas son de esas que salen en los libros de Historia y que enloquecen a los turistas mientras que otras acaparan muchas menos miradas, pero lo que todas tienen en común es que me han hecho sentir algo especial al contemplarlas. Espero que os guste mi selección y os animo a compartir conmigo vuestras preferencias.

10. Santa Catalina (Fernando Yáñez de la Almedina)
santa catalina yáñez de almedina
Este imponente cuadro llamó mi atención desde el primer momento. Representa a Santa Catalina, una noble romana que destacó por su inteligencia y su capacidad de convencer, razón por la que el emperador la mandó ejecutar. Me interesan mucho las obras que visibilizan a las grandes mujeres de la Historia, porque a pesar de la discriminación, las hubo. Además, la bella combinación de colores y el equilibrio de las proporciones al más puro estilo renacentista hacen que sea una de mis creaciones artísticas españolas favoritas.

9. Martirio de San Felipe (José de Ribera)
el martirio de san felipe ribera
Guardo un especial cariño hacia esta obra porque fue la que me tocó analizar en el examen de Selectividad. La influencia del maestro Caravaggio es obvia y, cada vez que observo el rostro de San Felipe, casi puedo sentir su desesperación y su dolor. No son muchos los artistas que consiguen que las emociones traspasen del lienzo de esta forma.

8. El diluvio universal (Jan van Scorel)
diluvio universal

Los holandeses fueron otros maestros en el arte de captar las emociones humanas. La escena de esta obra es trágica y representa el sufrimiento de la civilización al sucumbir tras el castigo divino a la humanidad: el diluvio universal. La imagen está plagada de detalles que narran con precisión y pasión el conocido pasaje bíblico.

7. Las Edades y la Muerte (Hans Baldung Grien)
edades y muerte
La muerte y la fugacidad de la vida eran las preocupaciones más acuciantes y los temas más recurrentes de los artistas del Renacimiento. Son muchas las obras las que han tratado de dar forma a estas temáticas mediante obras de fuerte carga simbólica, aunque para mí este óleo de Baldung Grien es el que mejor lo representa. Cada vez que miro el rostro de las tres mujeres, siento agobio, rechazo y hasta preocupación. Y esos son precisamente los síntomas de que el autor ha hecho bien su trabajo.

6. El triunfo de la Muerte (Pieter Brueghel el Viejo)
el triunfo de la muerte
No es que esté obsesionada con la muerte, pero reconozco que esta representación tan macabra del pintor holandés siempre me ha fascinado. Podría pasar horas analizando cada detalle, pues este cuadro se compone en realidad de decenas de obras, distintas escenas que se unen para escenificar un paisaje infernal.

5. David vencedor de Goliat (Caravaggio)
david vencedor de goliat cravaggio
Caravaggio. No necesito dar más razones para incluirla en mi Top Ten.

4. El paso de la laguna Estigia (Joachim Patinir)
patinir laguna estigia
Tengo que reconocer que los cuadros que más me atraen son aquellos en los que aparecen personas. Me da igual que sean retratos, escenas bíblicas o mitológicas o, simplemente, situaciones cotidianas, pero admito que el universo de las emociones humanas me encanta. Sin embargo, creo que la pintura de paisajes está en ocasiones infravalorada y que hay auténticas maravillas de este género en las paredes del Prado. Una de ellas es esta obra de Patinir, de una belleza hipnótica.

3. El descendimiento (Rogier van der Weyden)
el descendimiento van der weyden
Cientos de artistas han inmortalizado en un lienzo el momento del descendimiento de Cristo de la cruz, pero ninguno lo ha hecho como él. Este maestro de la pintura flamenca no solo ha creado una composición armónica y plagada de simbolismos, sino que los rostros de los presentes son los más expresivos que he visto jamás en una obra pictórica. El nivel de detalle es exquisito y lo podéis comprobar en las propias lágrimas, que parecen deslizarse de verdad por el rostro cargado de sufrimiento de sus dueños.

2. Perro semihundido (Franciso de Goya)
perro semuhundido goya
Se puede llorar con un libro, con una película y también con una obra artística. Os aseguro -y no quiero parecer cursi- que no soy capaz de contener las lágrimas al observar este cuadro en directo. Con una sencillez abrumadora, Goya consigue representar todo el horror de la guerra y la miseria que atravesó España en el siglo XIX. Esto es arte en estado puro.

1. El jardín de las delicias (El Bosco)
el jardin de las delicias el bosco
Me ha costado mucho decidirme y he dejado fuera de la lista obras maravillosas de artistas como Tiziano, Rafael, Velázquez o El Greco. Sin embargo, creo que es este cuadro el que consigue que me quede sin aliento cada vez que lo veo, el que hace que admire la grandeza y el sentido del arte, el que alimenta mis deseos de perderme en cada una de sus escenas paradisíacas e infernales. El Bosco fue un maestro del detalle y de la creatividad y en esta obra supo hacer explotar todo ese ingenio para escandalizar y encandilar a los espectadores a partes iguales.

Disfrutad del Museo del Prado, disfrutad del arte y disfrutad de mirar más allá.